La Revolución pudo haber dado muchos zapatos a otros niños, pero a mi me los quitó un agente policíaco en una invasión a mi hogar cuando era niña en Camagüey. Fue difícil olvidar los maltratos aún viviendo en Miami. Durante 15 años no pude ver a mis cuatro abuelos. Mi madre deshabilitada por la brutalidad policial del gobierno cubano era un recordatorio permanente de los errores de una Revolución que no acababa de disculparse, pero Cuba debía ser mejorada y como no había tiempo que perder, deje mi dolor a un lado y me puse a pensar con objetividad en como ayudar a mis compatriotas en la isla y en la emigración a encontrar una convivencia civilizada.
Desde el 2008 estoy haciendo llamados en mi comunidad a la reconciliación entre cubanos. Me acerque a figuras emblemáticas del exilio en Miami proponiendo siempre la reconciliación con los cubanos de la isla. Una nueva cultura del dialogo y el perdón era necesaria para la nación, pero el rencor acumulado con los años y robustecido por la propaganda de la extrema-derecha hizo casi imposible mi sueño de unir a los cubanos divididos por las ideologías.
Las razones de este blog son de orden espiritual. Creo que Dios ha creado este mundo con un sentido que los humanos no debemos olvidar a pesar de los sinsabores que deja en nuestras almas la permanente tendencia de nuestra civilización hacia la decadencia moral y espiritual. La política, y más o menos las ideologías son un pálido reflejo de ese mundo interior descuidado todo el tiempo por las élites en todas partes, esas élites tienen mucha culpa debido al poder que Dios ha puesto en sus manos. Todos los gobiernos son culpables también ante ese ideal supremo de elevar la dignidad humana. Las violaciones a los derechos humanos han sido una constante en todos los modelos políticos, y ha fracasado en ese terreno tanto el liberalismo como las dos alternativas contrarias manifestadas en el fascismo y el comunismo.
Mi historia particular se relaciona con Cuba. La historia de Cuba tiene que ver conmigo. Una nación bajo Dios , pero sacudida por las políticas de las grandes potencias y un pueblo que ha aprendido a sobrevivir más o menos confiando en sus propias fuerzas. El nacionalismo cubano no es un lujo de extravagancia ideológica, sino una necesidad imperiosa para no dejar de existir. Los anexionistas y demás ignorantes de los grandes secretos de la hegemonía mundial luchan patéticamente por imitar lo extranjero o por copiar modelos ajenos, sin percatarse de que nunca será exitosa la imitación de las vidas ajenas ya sean de particulares o de colectividades.
Creo que los cubanos somos una nación no completada en su formación. Ni el colectivismo marxista, ni el individualismo capitalista están hechos a nuestra manera cultural de ser, y ya es hora de que nuestros universitarios, nuestros académicos y especialistas de todo tipo se unan en un esfuerzo ético por definir nuestro camino nacional, sin olvidar el cubano de a pie y sus necesidades apremiantes.
Hasta ahora la mayoría de los cubanos ha escogido el modelo socialista en la isla por diversas razones. Una Revolución con dos importantes reformas (una agraria y la otra urbana) benefició a las grandes mayorías y hubo maltratos a la minoría que se enfrentó al cambio. Hubo fusilamientos, imperfecciones jurídicas e injusticias, pero el apoyo abrumador de las masas legitimó ese camino. Quienes no aceptaron el nuevo contrato social debieron irse al exilio como es natural.
Los exiliados, con otra visión política jamas deben sentirse tentados a desconocer la voluntad general, ni apoyar las sanciones económicas contra su propio pueblo en la isla. Como minorías políticas deben aspirar a ser parte de la solución de los problemas nacionales, pero siempre bajo el respeto al estado cubano y sus leyes. La soberanía popular es sagrada y aunque creo que Cuba debe ser mejorada, no veo porque sea necesaria la injerencia desde afuera en los asuntos internos de los cubanos.
Desde mi primer post he estado consciente de ir contra poderosas fuerzas ubicadas lo mismo en la derecha que en la izquierda política. No es un desafío a la derecha política que manda en Miami, ni una guerra contra la izquierda globalista en la isla. Es un impulso de amor por los que sufren en Cuba la enorme presión de sanciones y subversión contrarrevolucionaria. Este blog es un granito de arena que intento situar en el peligroso escenario del “fin de las ideologías” para frenar en lo posible la desorientación política de los cubanos en tiempos de cambio. No soy contrarrevolucionaria y siempre miro hacia adelante, pero a veces encuentro en el pasado cosas muy valiosas que nunca deberíamos olvidar, por eso creo en la familia, y en cierta básica moral para andar por caminos más civilizados, por eso soy social-democráta.
Si deshecha en menudos pedazos llega a ser mi bandera algún día…¡Nuestros muertos alzando los brazos la sabrán defender todavía!