La concentración de capitales está dejando al consumidor sin dinero. Sin dinero no podemos sostener por mucho tiempo el modo de vida económico que disfrutamos hoy ni en Estados Unidos ni en el sur de la Florida ni en el distrito 25. La mejor forma de frenar la concentración de capitales financieros y de poder político en pocas manos es con más democracia participativa y con proyectos de apoyo a las pequeñas empresas.
Una de mis grandes motivaciones para participar en la política como representante de mi comunidad es ayudar a los trabajadores con proyectos que ayuden a frenar el poder de las corporaciones en la vida diaria del ciudadano. La respuesta de los que están en el poder ha sido descomunal contra mi “atrevimiento”. Una campaña mediática en el sur de la Florida que incluye al periódico The Miami Herald (en ingles) y el Nuevo Herald (en español) se está desarrollando contra mi candidatura y el nivel de desinformación y de propaganda es tan intenso que ya está afectando las vías de financiación con que contaba para hacer saber a la ciudadanía mis propuestas.
El ejemplo más reciente de los daños que provoca la intolerancia es como no me fue posible exponer mis propios óleos en un espacio privado por el temor de los propietarios al boicots. Las protestas no son favorables a ningún negocio. Gracias a lo “políticamente correcto”, no pude participar en la feria internacional de Art Basel y por lo tanto, se me negó el chance de competir en el mercado. ¿Es que solo los más fieles militantes de la linea oficial del Miami reaccionario tienen el permiso para involucrarse en negocios? Parece que si.
Ha sido neutralizado mi proyecto para vender al publico algunos óleos sobre lienzo con los cuales pensaba financiar parte de la campaña. El clima de miedo se incrementa para mis posibles apoyadores al mismo tiempo que el dinero corporativo sigue fluyendo hacia mi oponente sin temor a represalias.
En este vídeo en ingles explico parte de mi amarga experiencia enfrentando los ataques personales y las manipulaciones de los poderosos contra mi. No voy a renunciar a mi derecho de participar y voy a seguir insistiendo en que se expliquen mis propuestas verdaderas y no esa caricatura grotesca que tratan de imponer con propaganda los enemigos de la democracia.