 Desde las pelÃculas de Hollywood, donde todo es clase media alta hasta Disney Land y su mundo maravilloso, existe un paraÃso imaginario sostenido por realidades y fantasÃas que en general no favorece el pensamiento critico.
Mucha gente aquà ni se acuerda que existe un mundo exterior. Para ellos México es tierra de holgazanes que bebe tequila sin descanso, Rusia una estepa congelada llena de eslavos enbrutecidos con el Vodka, y Cuba un casino rebelde que se olvido de abrir sus puertas a los amos del dinero.
Como ciudadana de esta república , medito y escribo sobre los grandes peligros que la acechan, entre ellos el de la disminución de los derechos civiles, la penetración de intereses privados en las fuerzas armadas (Army), y la persistente miopÃa hacia la América Latina.
Cincuenta Estados sin barreras aduanales, fabricando el papel moneda de las reservas mundiales, y llevando a todas partes su fuerza militar, puede confundir a esta república y creerse una superpotencia eterna, lo cual se traducirÃa en una polÃtica exterior arrogante e ineficaz que termine debilitando bastante a la federación, cosa que los ciudadanos comunes vemos con total claridad, porque no sufrimos la ceguera que padecen los involucrados en las malas polÃticas.
Quiero la ciudad donde he crecido, me gusta el estado de derecho, y creo que el mercado y la propiedad privada tienen sus espacios en la vida social, pero también veo la corrupción de las costumbres, la decadencia moral y el culto al dinero que produce un capitalismo sin frenos en la sociedad civil, y por eso me involucro, participo al menos desde mi débil posición de ciudadana no rica. La mitad del congreso norteamericano esta formado por millonarios, asà que no creo mucho en su representativo, por eso que no me gusta que se diga sin reflexión: Vivimos en una democracia…prefiero el pensamiento critico.
Nota: Yo a mis diez años en Orlando, Florida.