En esta foto aparezco con un suéter hecho en Polonia cuando su industria textil no estaba en manos privadas. Mi mamá lo compró a mediado de los 80 en una tienda localizada en la calle “república” en Camagüey y dicha tienda era conocida como: “La casa de la amistad”.
Creo que es una tela eterna, porque no pierde ni tejido ni color. Tampoco se le ha dado un trato especial por conservarlo.
¿Made in Comunismo? Puede parecer algo demasiado ideológico ¿verdad?, pero… ¿Como calificar la elevada calidad de los productos hechos tras el “Telón de Acero”?
Para ser justa debo decir también que productos de elevada calidad se hacÃan también en la industria británica en el siglo XIX. En Estados Unidos también hasta la segunda guerra mundial. Luego vino esa idea brillante de deliberadamente hacer las cosas mal hechas, para que se rompan oportunamente y poder mantener funcionando la maquinaria industrial y el comercio, aunque en ello se les vaya la vida a los infelices que trabajan en el sistema.
En el mundo comunista Moscú era lÃder, lo sabemos. La Unión Soviética tenia mucho poder y prácticamente definÃa las relaciones comerciales entre sus socios. La oferta y la demanda dependian de la planificación de la economÃa. El resultado era que algunos productos escaseaban, por lo que (sobre todo en la Unión Soviética) surgió un mercado negro que comenzó a saquear almacenes y a enriquecer a los corruptos administradores.
Mucha gente de origen campesino se mudo a las ciudades, y una gran burocracia formada en los valores comunistas comenzó a deslizarse sutilmente hacia los valores de una burguesÃa que muchos envidiaban en secreto. El abismo entre el utópico propósito de hacer un hombre nuevo en una mejor sociedad, y la realidad grosera donde el mercado negro ofrecÃa lo que le robaban al estado, desmoralizo mucho a las nuevas generaciones. Una cosa era el discurso oficial y otra la aplastante realidad.
Gorbachov finalmente abrió el banderÃn, y todo aquel mundo se derrumbo con el apoyo entusiasta del mundo occidental, y entonces sucedió algo increÃble. En casi todas partes , sobre todo en Alemania socialista tras la caÃda del muro de BerlÃn, la industria privada adquirÃa fabricas con el único propósito de desmantelarlas ¿motivo? sacar de circulación mercancÃas de superior calidad.
Ya sabemos que dos guerras mundiales estallaron por crisis del capitalismo. Que las potencias industriales se fajan en diversos niveles por repartirse el mundo y sus mercados. A la hora de los mameyes ( no me acostumbro a usar la frase pero ¡porque no!) le ponen un uniforme a los obreros y los envÃan al frente de batalla.
Deseamos la paz, y hasta ahora parece ser que si se rompe mi cámara a tiempo, o si los bombillos duran cada vez menos, los ricos industriales pueden volver a venderme sus cacharros de corta vida y asà evitarse alguna que otra guerra por los mercados, pero la verdad es que últimamente siento oÃr los tambores de guerra a pesar de la mala calidad de las camisas de algodón o los productos que vienen llenos hasta la mitad. Sospecho que la razón es que la obsolescencia programada no es suficiente, porque la codicia de “los de arriba” no tiene fin .
En la distancia puedo ver venir un nuevo mundo más honesto, donde los politicos no sirvan a los ciudadanos más ricos, donde los que contaminan el planeta tengan que pagar de sus bolsillos la limpieza. Donde la prensa no apoye golpes de estado, ni al delincuente le llamen héroe, ni hayan triunfadores y perdedores, donde el fuerte no abuse del debil. En ese nuevo mundo el que trabaja sà verá el fruto de su trabajo, y tendrá un suéter que no se destiñe, porque no es justo que todo su esfuerzo por una vida mejor termine en la nada.No crean que soy idealista. Es un deseo basado en una certeza y se que no soy la unica.
NOTA: Las fotos parecen desoladas pero en verdad el reto fue evitar el tráfico intenso de la hora pico, la música alta de la cafeterÃa y los curiosos. Les demuestra que las cosas no siempre son lo que parece y los fotógrafos escogen la verdad visual que prefieren.