Las multinacionales y los socialistas “de caviar” coinciden en una cosa, en acabar con la democracias populares en todas partes y dejar a un lado la causa de los trabajadores. Unos dicen: derriben todas las fronteras, otros dicen: luchemos por el matrimonio homosexual. Todo de acuerdo al último grito de la moda polÃtica. En el fondo, y aunque se queden sin aliento hablando de ciudadanÃas fortalecidas, están a una enorme distancia de la verdadera sociedad civil.
Cojiditas de las manos, anda mucha gente que en otros tiempos, más honestos ni se hablarÃan, pues son antagónicos por naturaleza. Esta es la época de las hipocresÃas y se miente en todas partes. Los millonarios patrocinan artistas que desprecian en secreto y muchos auto-proclamados izquierdistas huyen de las clases trabajadoras en busca de fundaciones que lavan dinero del trafico de armas.
En medio de unas reformas necesarias para sobrevivir económicamente, Cuba se enfrenta a ese mundo hipócrita y lleno de contradicciones con diplomacia y polÃtica actualizada. Tiene todo el derecho de hacerlo, pues es legÃtimo no querer perder reconocimiento dentro de la Comunidad Internacional, pero junto a Cuba tambien andan los de mala voluntad. Los que saben fingir mientras esperan.
A mi me simpatiza el socialismo “a la cubana”. Después de todo esta muy cercano al nacionalismo que amo, pero se con certeza humilde que hay mucho oportunismo en algunos sujetos con poder, y en ambas orillas. Los “tiempos de cambio” son aprovechados por algunos pensadores que sueñan en secreto con los créditos del FMI. No importa si estos pillos buscan un golpe de estado intelectual desde sus apartamentos en Madrid o desde la casa de su abuela en el Vedado.
Esa conspiración silenciosa por aprovechar cada movimiento de las reformas en la isla, es posible que de vez en cuando diga en voz alta: ¡El enemigo está en Miami” o “Debemos jubilar a todos esos viejos comunistas y militares…Eso lo dicen en voz alta para desviar la atención y que no se vea su paso silencioso y traidor por esos pasillos oficiales que conducen a los grandes créditos, o al levantamiento del embargo estadounidense.
Miente descaradamente quien diga que los malos de la pelÃcula son los listos que se acercan a los veteranos de la Revolución, ya sean disidentes moderados o abiertos opositores. Pretenden confundir y torcer la realidad y asà avanzar mas aún. La verdad es que, el elemento más oportunista, que espera lucrar del “cambio suave de régimen”, ni remotamente se acerca a las fuerzas conservadoras del paÃs. Su caminito pragmático los conduce a los corruptos burócratas de cierta juventud y “habilidad empresarial”.
La corrupción del pensamiento es anterior a la corrupción en las costumbres. La sociedad cubana desde los 90 a sufrido su propia Terapia de Choque. El periodo especial, sobre todo en la Habana, seguramente estimuló ciertos contravalores peligrosos y por lo tanto afecta moralmente alguna parte de la alta burocracia.
Si esos contravalores infectan los Ministerios, tarde o temprano, aparecerán artistas e intelectuales listos para dar discursos justificadores de las nuevas conductas desde su elitismo. La miseria moral a veces consigue corbatas de alta costura y con retórica impresionante si descarrÃa a los indecisos que temen definirse antes del clÃmax. Pero si ignoramos cualquier sospechoso canto de sirena, e indagamos sin miedo, atraparemos a esa emergente mentira al desnudo, en toda su gangrena, pudriendo los cimientos del Estado.
Hay quienes se escandalizan(con parte de razón) ante una constitución(la cubana) que todavÃa menciona a otro paÃs(Unión Soviética). Pero imagino que imitarÃan sin escrúpulos las constituciones que los socialistas europeos transforman según las ordenanzas bancarias para esclavizar a los pueblos.
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