Anoche estuve en el programa “El Espejo” que conduce Juan Manuel Cao en AmericaTeve. El tema era el intercambio cultural entre Cuba y los Estados Unidos, pero en especifico sobre la presentación del dúo musical”Buena Fé” en Miami, y las reacciones del exilio más conservador que rechaza la presencia en Miami de artistas de la isla.
“Las calles de Miami no son de Fidel Castro” repiten aquí sin descanso ahora quienes se organizan para mañana 18 hacer una protesta frente al Miami Dade Auditorium, en contra del concierto del Dúo Buena Fé. Se ha creado el “Comité Pro Defensa del Honor y la Dignidad del Exilio Cubano”, y varias organizaciones políticas se han sumado al mismo. El motivo de esta movilización política es según sus propios promotores poner freno a las influencias en el sur de la Florida de ideas y costumbres alejadas del carácter tradicional de los exiliados.
Aldo Rosado (que se presenta como activista nacionalista) ha estado haciendo llamados a ” rescatar las calles de Miami de la influencia comunista”. Rosado ha denunciado una supuesta avanzada cultural destinada a conquistar áreas del exilio tradicional, pero también se ha referido al cansancio de los exiliados, y al peligro de las calles de Miami dejen de ser un espacio propio desde donde estar en contra del gobierno cubano.
En general varias organizaciones “anticastristas” clasifican el Intercambio Cultural como un plan de la administración demócrata por debilitar al exilio tradicional, y no faltan las voces que dicen que es una avanzada del gobierno cubano para conquistar las calles de un Miami anticomunista bajo la mascara del arte. En realidad una nueva generación de emigrados cubanos, que no se consideran “exiliados políticos” son los que sostienen con su dinero estas presentaciones. Dicha generación trabaja y paga sus impuestos, pero no goza de poder político. Muchos son jóvenes inclinados a la cultura que se produce en Cuba actualmente, y fortalecen esa identidad cultural viajando a la isla. También los canales de Televisión local refuerzan dicha identidad, y no faltan extremistas que aseguran que son estaciones montadas directamente por el Ministerio del Interior de Cuba y nutridas con actores y productores enviados directamente por el ICRT para desnaturalizar al exilio anticomunista.
El choque de opiniones es parte de la cultura democrática y esa es la razón por la que aceptó invitaciones a la televisión privada en Miami, porque me interesa el fomento de la costumbre del debate, pero estoy consciente de la inclinación derechista de estos medios y del carácter del libreto. Los cubanos debemos aprender a debatir sin descalificaciones desagradables, y a discutir sin faltarnos el respeto. La prosperidad futura depende ante todo de las buenas costumbres cívicas, de aprender a sonreir y tolerar, en vez de odiar y guardar rencores. Buena Fé ha provocado rechazo en Miami entre algunos exiliados desde el 2010 cuando se produjo un acto de repudio frente al Gusman Center de Miami para condenar su concierto en dicho lugar.
El intercambio cultural no es bien visto aquí por los sectores más conservadores, y el dúo ha dicho cosas en Cuba que algunos exiliados consideran inaceptables desde el punto de vista político, sobre todo algunos insisten en una frase que dijera Israel contra las Damas de Blanco cuando las llamo “Puñeteras damas de blanco”, en Cuba. El rechazo a Buena Fe tiene todas las apariencias de ser una reacción política de la derecha a un dúo que se define claramente como de izquierda ideológicamente hablando.
Yo que me crié aquí, y conozco muy bien la comunidad, también veo un choque cultural entre dos Cuba. La guerra fría puede tener mucha culpa en esta división, y aunque esta fractura cultural no creo que llegue a ser un serio problema antropológico, si creo que la nueva generación de cubanos que llegan de la isla tiene una escala de valores diferente a los jóvenes cubano-americanos de los cuales formo parte. No se trata de quien habla o no ingles, pues muchos lo aprenden bastante bien en la Havana, o de quien le gusta el Indie Rock o el reguetón, sino de formas de ver la vida.
El Dúo recientemente abrió el curso escolar en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (CUJAE) con un concierto de bienvenida a los estudiantes. Allí se oyó por vez primera el Himno de esa Universidad, compuesto por Israel Rojas, a petición de la dirección de la CUJAE. Es un dúo bastante integrado al movimiento estudiantil por la vía cultural y es percibido en Miami como parte de los artistas oficialistas que cuentan con respaldo de la dirigencia política en Cuba. Por lo tanto, el choque con la derecha política es inevitable sobre todo cuando algunos de estos artistas prefieren no hablar de política cuando visitan Miami y evaden lo que públicamente anuncian en Cuba.
Yo no estoy pidiendo que ellos cambien su discurso, pues de hecho tienen el derecho humano de decir lo que quieran frente a una cámara en Miami, pero lo que sí es evidente, es que eso de decir: Yo no me meto en política, es una tontería pues existe la internet. La gente ve en directo la TV de Cuba, o comparten vídeos y noticias en las redes donde estos mismos artistas apoyan al sistema político cubano. Ya que no son apolíticos en Cuba creo que deberían expresarse en libertad cuando visiten Miami. También considero que el exilio cubano tiene igualmente el derecho a protestar contra unos músicos que se autodefinen como de “izquierda”, pues después de todo este exilio es de derecha casi en su totalidad.
Ya no estamos en la guerra fría. El mundo esta cambiando sus rutas ideológicas hacia nuevas verdades y mentiras, que abrirán muchos ojos, pero que al mismo tiempo idiotizaran a los que no entiendan que ciertas luchas continúan. Quizás no serán luchas muy honestas, y la cultura será sacudida por intereses políticos. Yo estoy a favor de que el artista se mueva con total libertad. Hace poco desde Cuba algunos radicales de izquierda criticaron a Joaquín Sabina por presentarse en Israel, pues les parecia que legitimaba al Estado Israelí. Dudo que a la vez esos mismos radicales critiquen a “Buena Fe” por actuar en Miami, acusandolos de legitimar una ciudad tan asociada a la extrema derecha que tantos en Cuba asocian al terrorismo.
El artista canta a los civiles, y no debe ser presionado por la sociedad política. Si Israel Rojas es comunista y le canta un cumpleaños a Fidel Castro, no debe ser molestado por eso, al igual que si Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone creen que Hamas es una organización terrorista también hay que respetar su opinión. Se que es utópico pedir tolerancia, pero no me cansare de pedir paciencia a los intolerantes y respeto por los artistas. Hace mucho los buenos republicanos separaron la Iglesia del Estado, quizás ya es hora de separar el arte de la política aunque vamos a necesitar tremenda avanzada ética para lograrlo.
NOTA: Aquí les comparto el vídeo completo del programa de anoche, al cual asistí, y fotos correspondientes.